Ozono

Cuando estés harto del ruido, de la farsa, de tu propia hipocresía,
y te asuste el peso de vivirte cada día ensombrecido

Cuando digas Basta a la repetición absurda, al rídiculo maltrato
y clames por sentirte libre de toda carga por vez primera...

Entonces... tendrás un Propósito en el Silencio.

Que te acompañe la Entrega del que Confía
y escucharás el aleteo de la mariposa abrazarte,
olerás la tierra húmeda nutrirte
y el aire puro después de la tormenta encenderte.

El viaje de la mariposa


Se abre vuelo aleteándome
Quiero…
No sé donde
Vuelo
La senda de tu perfume,
las huellas de tu aliento
lo fresco de tu risa
el calor de tu abrazo
el brillar de tus pupilas
Quieres…
Y allí te encuentro,
en el centro
real
muy despiertos
tan cerca de mi


Solo por diez días, cien


No te asustes, no te finjas.
Es cálido y suave
de tibias lenguas sanadoras.
Informe y salado
de frescas oleadas submarinas.
La plegaria de tu antiguo lamento
harta de morir, vivió.
Me buscabas;
Perfectamente imperfecto:
Ávido de amor,
Cruel de revancha victoriosa.
Tu sólida impotencia conmocionada
desheló en lágrimas,
tan agradecido, sin una palabra.
Sumergida en tus ganas de Ser,
te hice.
Desde mis adentros a toda la extensión
forjando amorosa, milagrosamente,
cada soplido hasta erguirte.
Amé extraer desde el centro mismo
para darte
Amé beber otras divinas fuentes
para nutrirte
Amé.
Apretado a mí con todas tus fuerzas,
resplandeció desde abajo tu mirada de cielo
otros diez días (si, no, no mas)
Esfumada tu memoria ni de cenizas
mas allá de vos, tu sorpresa y tu sospecha,
al suave pulsar intenso
de los giros que me nacen
circulé tu sangre mía
hasta extasiado embriagarte
en su blanca dulce tibiez,
uno derramarnos.
Abrumado, perplejo,
ya bien presente la memoria
hoy al menos con cenizas
no castigues ni culpes...
tu guardia, enfurecida
Cumplida tu plegaria
de nuevo tan estéril
al gran apolíneo de tu alma