Religadoras

Los diccionarios y diferentes corrientes de pensamiento dan cuenta de diversas definiciones del término "RELIGION", del latín religare o re-legere.


Pero qué entendemos las personas comunes por religión?
Coloquialmente damos por sobreentendido que religión sintetiza un sistema de creencias, prácticas y ritos establecidos por una institución reconocida.
Cualquier otro sistema de creencias, prácticas y ritos establecidos dentro de una institución no reconocida, se desconoce como "religión". Además, como requisito ineludible se acepta que este tipo de organización debe hablar de Dios para llamarse "religión"

En este sentido "religión" no habla de una experiencia del "conectar" o "ligar", a no ser que se diera por sobreentendido que tal organización reconocida y sus prácticas, ritos y creencias enseñen o guíen el camino para experimentar tal registro de conexión o ligazón, pero éste no es el caso, no es garantía. El testimonio de cualquier practicante, o los mismos acontecimientos, lo corroboran suficientemente.

Aquí usaré la palabra "Re-ligadoras" en el sentido de todo aquello, prácticas, ritos, acciones que me permitan experimentarme "re-ligado" ya sea que éstas provengan de individuos, personas, conjuntos de personas, organizaciones reconocidas o no.
Vale acotar que toda "religión" institucionalmente reconocida no lo ha sido en sus comienzos aunque justamente fueron las primeras experiencias religadoras las que le dieron origen vaciándose de significado en el tiempo.

Pero de qué "conectar" o "ligar" estamos hablando?
Podríamos comenzar por lo más conocido, el contraste. Si habláramos de experimentarnos deconectados o desligados, creo que comprendemos de qué se trata. Es un registro de sin sentido desde el cual lo que yo haga es indiferente a la larga, por tanto lo inmediato es regido por este absurdo sin sentido en el que se experimenta que todo termina con la muerte.
En sentido inverso, el estar re-ligados comprende que no es indiferente lo que haga con mi vida ya que no todo termina con la muerte.
Esto implicaría que hay un "algo" que continúa después de mi muerte.

Si no es indiferente lo que haga con mi vida, de esto debe depender que ese "algo" continúe después de mi muerte.

Y aquí es que encontramos como máxima común e ineludible desde hace más de 2500 años en los orígenes de toda religadora, una sentencia de conducta para nada indiferente:

No hagas a otros lo que no quieres que te hagan.
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Trata a los demás como quieres ser tratado.

Claro que es explícito que no dice tratar a otros como me tratan o trata a los demás como quisieras ser tratado cuando te traten como quisiera ser tratado.
No hay condiciones de ningún tipo, ni busca justificaciones.

Pero qué pasa en el ser humano al "tratar a los demás como quisiera ser tratado"?
"Algo" crece.
"algo" se expande.
"algo" que reconforta y hace bien.
"Algo" se UNE en mí y en Nosotros.

Así, puedo verte y me doy cuenta que "existes", que eres un ser humano que piensa y siente, que tiene una historia, un medio y un futuro. Eres un mundo. Una puerta, una grandiosa oportunidad. Cuando descubro que "existes" me doy cuenta que "existo". Que soy un ser humano, un mundo, una puerta, una grandiosa oportunidad.

Existir es encontrar en lo mejor de mí lo mejor de ti, es conectar con ese "algo" que UNE, que nos hermana y queda presente en mi memoria sin tiempos. Estará brillando en mi cielo.
Entonces comprendo que tu bienestar es mi bienestar.
Que hacer algo por el bienestar de los demás, hasta donde dé mi alcance, es lo mejor que nos puede pasar.

"No pierdas la oportunidad de tratar a otros como quisieras ser tratado"

Estar cerca de ti, me acerca a mi. Nos Re-ligamos.

Cómo podría entonces anidar la violencia? Que no es ni fruto de los árboles, ni de la lluvia o la montaña…
Solo lejos de mí y de tí, desligado, apagado.

Pero detrás de lo "aparentemente" desafortunado hay una gran oportunidad.

Tal vez sea esta gran necesidad de encendernos, de sobrepasar la nada, que se escucha en todos lados un clamor, un "llamado" por re-ligarse.
Para que ese "algo" que nos trasciende y que es divinamente humano no termine en el absurdo de la muerte.

(Algunas reflexiones para mesa religiosidad del Foro Argentina. Octubre 2007)

A Silo, un hombre bueno, mi agradecimiento.